diario de un vallisoletano curioso

jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Valladolid o Uxmal?


Hay detalles que llevan a otros detalles. Sobre todo aquel tipo de ornamentación que es un símbolo. Y casi todo, en el lenguaje de las piedras, lo es. Están ahí desde siempre, y el ciudadano pasa por delante y antes o después lo ve. Incluso de tanto pasar, se olvida. Lo harían así, dice. Este detalle de la fachada de la Catedral de Valladolid me fascina. No sólo por su tamaño y dibujo, sino también por lo que representa. Lo que voy a comentar aquí es aventurado y nada científico. Digamos que a uno le gusta buscar similitudes y sospechar, si no son de momento demostrables, de las influencias de unas culturas sobre las demás, de unos estilos artísticos sobre otros. No es nada nuevo el intercambio cultural, a través de todo tipo de pensamiento y de conocimientos técnicos.


Al vallisoletano curioso, que gusta de hallar similitudes, los detalles le atrapan. No cree en la inocencia de nada. Las plantas de los templos, las fachadas, las torres, la decoración...todo está repleto de significados. No sólo de significados religiosos. Puesto que indudablemente el encargo corría a cuenta del propietario, que en el caso de los templos y catedrales españolas podía ser cualquiera de los estamentos terrenales de la Iglesia, siguen una línea que ella llama de catequesis y de divulgación de sus preceptos. Hay otra aportación no menos interesante, más librepensadora, más conectada con el mundo de todas las culturas, que corría a cargo de los arquitectos y artífices de diversos oficios que trabajaban en las obras.



Muchos de estos detalles no se pueden explicar por qué se ejecutaron en una obra determinada. Como mucho se indica que seguirían las modas al uso. Pero ésa es una respuesta fácil. El mundo de la arquitectura y de la escultura ornamental está pletórico de significados ocultos. En este caso, la espiral, uno de los símbolos más poderosos en todas las culturas. Símbolo de la vida por excelencia, de la fuerza y flujo de la misma, también del ciclo nacimiento-vida-muerte, sus variantes de significados y significantes son amplísimos, y no hay cultura, costumbre, religión o creencia animista que no utilice su expresión formal para dotarla de un contenido.



Nada tendría de especial que las espirales decorativas de templos mayas, por ejemplo, influyeran en los artistas que trabajaron en la catedral vallisoletana. Uxmal ya era conocida por los españoles desde el siglo XVI, en que el fraile franciscano Fray Diego de Landa, visita las ruinas de Uxmal, siendo su cometido inicialmente inquisitorial, puesto que persiguió al pueblo y a los restos de la cultura maya, promoviendo autos de fe. En ellos fueron abusivamente procesados varios dirigentes mayas y se destruyeron ídolos y documentos de esa vasta cultura. Posteriormente, otro fraile, Fray Antonio de Ciudad Real realizó trabajos menos culturicidas, llegando a conocer tanto la cultura maya, su lengua, las costumbres antropológicas y el medio botánico y zoológico. Con arreglo a estos datos, ¿sería descabellado pensar que llegara información sobre los edificios impresionantes de Uxmal y las decoraciones de su Palacio del Gobernador?

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