Y más alegre, y más respetuoso, y más tolerante, y más modesto, y más dialogante, y más demócrata, sin resentimientos, menos grosero y con capacidad de reconocer los errores y los desatinos. Lo que no puede ser es que cada vez que Valladolid aparezca en los medios de comunicación de órbita nacional sea por las salidas de tono injustificadas, clasistas, desagradables, poco ingeniosas y sumamente chabacanas del regidor. Durante los últimos años ha arremetido con desmesura y desprecio contra entes cívicos, asociaciones vecinales, de juventud, otros partidos y hasta otras esferas de la administración estatal o autonómica. Se pueden mantener los puntos de vista y defenderlos, pero con elegancia y receptividad. La imagen del alcalde no es precisamente esta última. Cada vez más vallisoletanos piensan que tras las opiniones vertidas con poca fortuna por la primera autoridad municipal se expone un talante y una manera de hacer las cosas que no son de este tiempo. O no deberían ser. Eso sólo puede perjudicar al futuro de la ciudad. Y a la buena fama de los ciudadanos. Y ahí es donde no transijo. No estoy dispuesto a soportar de nuevo los viejos tópicos despectivos sobre Valladolid y los vallisoletanos sólo porque un vecino más, pero con un poder delegado por la ciudadanía, hay que recordarlo, y bastante efímero, por cierto, nos comprometa a todos. Hay que preservar la imagen de la ciudad, liberarla de connotaciones negativas. De la ciudadanía depende, en definitiva.
Coincido contigo hasta en las comas y los puntos.
ResponderEliminarlo cierto es que Valladolid, hermosa ciudad, gran ciudad donde las haya, merece el mejor alcalde que se pueda encontrar, seguid buscandolo, tal vez lo llegueis a encontrar algún día.
Lástima que no existan condones para las salidas de tono de los bocazas...
Un saludo.
Salud y República!!
Nexus.
Quinta columna
http://palanciatricolor.blogspot.com
Gracias, Nexus, por aparecer por aquí. Valladolid, en efecto, se merece un alcalde a la altura integral de la ciudad. Pero no olvidemos que este alcalde fue votado por 87.000 almas frente a 81.600 que sumaban las izquierdas. Apenas una pequeña diferencia.
ResponderEliminarYo creo que la máxima autoridad municipal debe serlo también moral. En el sentido de que debe ser tolerante, aunar voluntades diferentes y escuchar a todo el mundo. Y hacer caso a los entes cívicos que día a día construyen ciudad y opinión. Y contenerse sus propias palabras. Pero para eso seguramente necesitamos un alcalde nuevo. Tal vez sea posible, si los vallisoletanos no se dejan engatusar y piensan y reflexionan durante los próximos meses hasta las Municipales de 2011.
Vuelve cuando desees. Salud siempre.