diario de un vallisoletano curioso

miércoles, 25 de mayo de 2011

La toma de la Fuente Dorada


El conjunto escultórico de la Fuente Dorada, revitalizado. Es sorprendente ver cómo se actualiza el significado de los oficios cuando se cuelgan carteles de protesta o reivindicativos. Por otra parte, teniendo en cuenta que es un conjunto convencional, demasiado rígido y poco moderno estéticamente, a pesar de que tiene escasos años, creo que se sentirá honrado con el perfomance que los acampados del 15M han montado con él. Ahí siguen, más o menos lúdicos, expectantes, ellos y todos, a esa explosión pacífica cuyo desenlace es imprevisible. Pero mientras dure la fiesta, bienvenida.



























sábado, 21 de mayo de 2011

Pasó la noche, sigue la reflexión permanente



Es el paisaje y la batalla no fue sangrienta, pero sí agotadora. La activa fraternidad del día anterior y de las últimas horas acaban con cualquiera. Cansancio físico, pero ilusiones a salvo. Muchos vallisoletanos han pasado por la Fuente Dorada para solidarizarse y curiosear entre los acampados. Nadie sabe qué saldrá de todo este magma, que en cierto modo es anterior y ajeno a las elecciones locales. Pero que se está manifestando en medio de ellas. Y que no tiene por qué apocarse porque mañana domingo se vote. La gente ha transformado, ejerciendo la libertad, un día prohibido. Y esta gente no está haciendo campaña electoral. Sólo reclama atención y pone el dedo en la llaga de los problemas. Se rompen las reglas del juego, decía alguna señora mayor. Y otro le respondió: señora, pero ¿de dónde dimana el poder? Días de debates callejeros y de reflexiones personales. Para chasco. A ver si nos entra en la cabeza a los españoles que reflexionar no es sólo un día cada cuatro años, donde muchos dan cheques en blanco al bipartidismo. Hay otra sociedad que no cabe en el bipartidismo, que vota a otras opciones y que quiere que se corrija la ley electoral, absolutamente injusta y que privilegia incorrectamente a las dos formaciones mayoritarias. Este testimonio gráfico era el despertar, es un decir, de Fuente Dorada este histórico día 21 de mayo.































viernes, 20 de mayo de 2011

Cuando el mensaje es el medio


Ya se le llama el movimiento de la indignación, que se ha extendido a sesenta ciudades españolas y varias extranjeras. Ha interferido en la campaña electoral a elecciones regionales y municipales, sin que nadie prevea si puede alterar resultados ni si el movimiento tiene suficiente consistencia para sobrevivir a este fin de semana. Durante estos días en la Plaza Fuente Dorada se ha instalado una carpa permanente en la que permanecen multitud de jóvenes. Y durante diversas horas del día transcurren vallisoletanos de todas las edades bien a apoyar a los instalados, bien a curiosear en los mensajes. Cualquier puede colgar su rótulo. Sus modestas letras de crítica, reivindicación o protesta. La Fuente Dorada, más acogedora y pequeña que la Plaza Mayor, está siendo el ágora de una vida supralocal. Muchos estamos expectantes ante lo que suceda a la medianoche. Por un voto de diferencia y con mucha discrepancia general al respecto, a la Junta Electoral Central no se le ha ocurrido sino prohibir durante sábado y domingo las manifestaciones en la calle. Y eso que había una sentencia del Constitucional de 2010, por la que podían tener lugar concentraciones en día de reflexión o de voto. Leña al fuego.



































jueves, 19 de mayo de 2011

De refranes



Hay gente ingeniosa. Cartelistas espontáneos que ejecutan sus críticas sin aspavientos. El alcalde y aspirante ególatra por quinta vez no debería cabrearse por ello. Es la España de los refranes. Tesoro del acervo de la lengua y del pensamiento empírico. Me refiero al refranero, naturalmente.



miércoles, 18 de mayo de 2011

E = mc2



Está claro que materia y energía son formas diferentes de la misma cosa. El abuelo Alberto se deja tomar el pelo, bueno, mejor dicho, la nariz, por el escurridizo Álex. Pillados en el exterior del Museo de la Ciencia, no necesitan hablarse para demostrarse mutuamente que la teoría funciona.