Recrear el cemento de los muros. Instalar la imaginación sobre sus caras más áridas. Dejar fluir las manos de artista callejero que saben soñar. Lo podemos ver efectivo en los jóvenes jardines de Parque Alameda. Hay varias pintadas artísticas más. No me resistiré a traerlas hasta aquí. Rezuman alegría, ingenio y belleza. Qué mas se puede pedir. Sí. Que cundan.
Anda!!! Ese no le vimos!! Qué fallo, jejejeje, tendré que volver porque me encanta!
ResponderEliminarPues está cerca de las otras, Pati. Y como tú me informaste, me han gustado. Ya sacaré en breve el resto.
ResponderEliminarGeniales. Ohalá abundasen por algunas calles, sería agradable pasear por ellas y detenerse a mirarlas, como si fueran escaparates!
ResponderEliminarAbrazos.
Cuando son buenos y no estropean muros protegidos, los grafitti dan brillo y color a la ciudad. Iré a verlos, porque parecen buenos y además con un motivo que admiro mucho. Un abrazo
ResponderEliminarCierto, Verónica. Sobre todo en medianeras de edificios, que las hay por doquier. Una medianería bien decorada es un trampantojo bellísimo y estimulante para el callejeo. Hace años había en Madrid unas cuantas. En Valladolid escasean, aunque permanece, deteriorándose, alguna excepción.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fernando. Es bastante curioso y está bien trabajado éste de la foto. Hay más, con su nivel también, pero con distinta temática. Por cierto, el camello y el camellista tienen un toque impresionista convincente. Y en general, todo el conjunto de los jardines, con la Casa de Luelmo, me ha gustado bastante, aunque se intuye ya cierta dejadez en algunas zonas de los mismos. Pero muy bien los árboles potentes, que traeré a colación aquí otro día.
ResponderEliminarUn abrazo.