Semejanzas

Con frecuencia, las agencias de prensa nos muestran mujeres de países islámicos que no difieren demasiado de la vestimenta de estas vallisoletanas. Si nos retrotraemos algunos siglos, y con ayuda de la estatuaria depositada en los museos, verificaremos que la moda hunde sus raíces en el tiempo. Ellas rompen la norma de las modas ad hoc. ¿Para qué iban a vestir con vaqueros, por ejemplo, si su forma de vida no se lo exige? Hay un voto de parálisis en el tiempo para estas monjitas. ¿Se recluyen en su pasado más en la forma más que en el fondo? Como seres biológicos que son, buscarán sobrevivir con quehaceres cotidianos. Nada que objetar. Para mi son tan paisanas y tan ciudadanas como las amas de casa o las chicas de fábricas o de comercio. Merecen mis respetos por su valor en exhibirse como sus cánones mandan. Esta imagen también es el triunfo de la democracia, ergo de la convivencia. Seguro que ellas lo entienden. Y que lo agradecen. Aunque vayan a su bola.