Hay cosas que gusta encontrar. Aunque uno presiente que su uso es minoritario. ¿O no lo es? Junto a la Biblioteca del Campo Grande, y nada más entrar por la puerta lateral que da al Paseo Central, se pueden ver estos cartelones con información sobre las grandes familias de árboles del parque, así como unos opúsculos en el pequeño puesto, que se pueden tomar libremente. Tiene un aire europeo esta prestación. Pero ¿sabrán documentarse los ciudadanos para compensar sus ignorancias? Seguro que toda la vida pasando por el inmenso Campo Grande, pero ¿cuántos sabrían distinguir unas especies de otras? Nunca es tarde. Y la iniciativa es admirable. Las cosas como son. Se puede pasear como relax y también con conocimiento de causa. Tuteando a la fronda.
Después de muchos paseos, a veces uno descubre que tiene su gracia llamar a las cosas por su nombre.
ResponderEliminarEl paseo por este blog sorprende con nuevos nombres para viejos conocidos.
Hola, Isabel. Pues me alegro. Los paseos y yo somos así, señora, ja. La ciudad da para mucho, si se la quiere mirar. Espero que vayan bien los cuentacuentos. Saluda a Diana que también va de cuentas, ¿no?
ResponderEliminarUn beso.