diario de un vallisoletano curioso

lunes, 1 de marzo de 2010

No es la Naturaleza; es el hombre.


Cuando se observa la frecuencia e intensidad de las inundaciones, que están causando daños terribles (las últimas de Andalucía son serias, pero la de Madeira, con su secuela de muertos y destrucción es de una dimensión catastrófica) ya no se puede echar sin más la culpa a la naturaleza. Hay otras causas, que están absolutamente en la mano de los hombres. En El País de ayer domingo venía una Carta al Director de Joan Manuel Vilaplana, Profesor de Geología de la Universidad de Barcelona y director del Informe Riskcat. La reproduzco aquí por su enorme interés.

“¿Por qué matan las riadas? Las riadas matan porque el hombre no respeta los cauces. La elevada intensidad de la lluvia, la rápida escorrentía del agua por laderas y vaguadas, la alta erosionabilidad de los suelos volcánicos son los ingredientes que agrupados en pequeñas cuencas torrenciales con grandes desniveles han configurado, en Madeira, el escenario perfecto para una terrible "riada relámpago".

Así funciona la naturaleza. La gente del país lo sabe, los expertos también, la historia nos lo recuerda: en Madeira, las riadas de 1803 y de 1993, también fueron catastróficas. Las riadas matan cuando en las zonas expuestas a estos fenómenos se ubican viviendas, carreteras e infraestructuras diversas. El último informe de evaluación global sobre la reducción del riesgo de desastres, de la secretaría de la ONU para la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres, nos indica que suponiendo un nivel de peligrosidad constante, el riesgo de mortalidad por inundaciones aumentó un 13% entre 1990 y 2007 y el riesgo de pérdidas económicas creció un 35%. Concluye diciendo que el principal impulsor de esta tendencia es el rápido incremento de la exposición.

En Madeira, y también en Cataluña y en España, el desaforado crecimiento urbanístico de los últimos decenios no ha tenido en cuenta en absoluto las zonas expuestas a los riesgos naturales. En Cataluña más del 15% del suelo urbanizado está en zona inundable. Tenemos conocimiento, tecnología y ordenamiento para mitigar el impacto de los riesgos naturales. Por ejemplo, los mapas de zonas inundables son herramientas básicas para evaluar la peligrosidad de ríos y torrentes. Pero, ¿por qué no se toman las decisiones de ordenación territorial apropiadas para mitigar el riesgo de desastre? ¿Qué precio tendremos que pagar para que las riadas dejen de matar?”.

4 comentarios:

  1. Cómo se van a tomar decisiones de ordenación territorial apropiadas si eso supone perder dinero en promociones urbanísticas, en licencias? Y si pensamos que los responsables de la toma son políticos ignorantes en los temas de su competencia que suelen tener intereses bastante mezquinos y escasa visión de futuro y nula memoria de sucesos pasados, pues creo que como poco moriremos ahogados, contaminados, manipulados genéticamente etc etc etc. Y sobre todo, de asco.

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  2. Gracias por tu intervención. Pero no olvides a los negociantes puros y duros, que les dejamos ir de rositas. Desgraciadamente, los poderes públicos son subsidiarios de los poderes de fondo (finanzas, constructoras, empresas de materiales, etc.) La corrupción que está saliendo a relucir sale en parte más por vendettas en el gremio que por investigaciones. Aunque parece que éstas van llegando.

    No obstante, aunque ya es demasiado tarde, las administraciones deben ponerse muy rigurosas. Y muchas cosas mal hechas del pasado corregirlas en la medida de lo posible.

    Una revisión del concepto Política tiene que exigirse para no acabar pereciendo a manos de los ladrones de guante blanco y dinero negro.

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  3. Ay, el dinero negro. Cuantas cosas serían diferente en mi amado país si fuesen tratados como víllanos y no como héroes.

    Lo que dice lagave, es cierto, en parte.
    Se construye sabiendo que el comprador no va a investigar "esas cosillas". Y debe hacerlo.
    Las administraciones, pueden hacer muchas cosas y los compradores normales, también.

    Saludos

    Anuska

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  4. Anuska. Lo que planteas muy sigilosamente es nada más ni nada menos que un cambio de mentalidad en la ciudadanía.

    ¿Abogamos todos por ello? Nos gusta echar las pelotas fuera, delegar, que tomen las medidas otros...No mojarnos, en fin. Mientras no cambie la mentalidad media el españolito poco podremos hacer.

    ¡Y luego dicen que el pescado es caro!

    Saludos.

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