diario de un vallisoletano curioso

sábado, 26 de diciembre de 2009

La agonía de una fuente


Si hay una imagen que rezuma más abandono en esta ciudad es la de la fuente de la calle de la Estación. No sólo abandono, sino que es la viva expresión del desagradecimiento. Durante décadas ha estado proporcionando agua, junto con la Fuente del Caño Argales, a los vecinos de San Andrés. Incluso cuando las viviendas tenían agua corriente, los cortes eran frecuentes y ahí estaba esta fuente y la del Caño Argales para paliar la situación. Aun a costa de aquellas inevitables colas de chicos y mayores con sus cubos o sus garrafas. Su suministro lleva cortado muchos años. Su imagen es un testimonio de servicio a la comunidad.

El agua de la traída de Argales pasaba también por aquí. Al otro lado de la tapia medio destartalada, las vías del tren. Y en las tripas del terreno es probable que aún permanezcan restos de un antiguo convento, el de la Merced Descalza. Tanto estos restos como los de la conducción de la fuente aparecerán cuando se lleven a cabo las obras del soterramiento del ferrocarril. La fuente de la calle de la Estación a la altura de Panaderos permanece agónica y tristona, esperando la piqueta. Una fuente muda que sólo habla a los transeúntes de edad que aún recuerdan la experiencia del caldero.




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