Me han regalado una siempre viva. Mejor dicho, dos. Dos hermanas, o bien madre e hija. Me parecen el Taj Mahal. Obsérvese la forma de las hojas, cual cúpulas de forma exquisita. Hay monumentos aparentemente menores y domésticos que engrandecen. Monumentos de nuestra intimidad y cercanía que maravillan. Porque ¿quién marca lo mayor y lo menor, lo normal y lo extraordinario, lo común y lo excelso? Nuestra propia satisfacción en disfrutar de lo que nos proporciona lo cotidiano. Cada planta, como cada sonrisa, son arquitecturas de la vida. Para llegar a formarse de esta manera, ¿qué tendrán dentro de su alma las siemprevivas?
diario de un vallisoletano curioso
martes, 30 de noviembre de 2010
lunes, 29 de noviembre de 2010
El empapelador libre ataca de nuevo
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sábado, 27 de noviembre de 2010
Arqueología de la melancolía
Tras la hora vespertina también debió cumplir funciones menos literarias pero también saludables, puesto que el espacio recóndito propiciaba un lugar de encuentro y desahogo fugaz para parejas. Pero fue el abandono de su función lo que hizo que el quiosco permaneciera ajado. No obstante, acercarse hoy hasta el mismo tiene su sorpresa. Por una parte, es verdad que la falta de uso no atrae la atención de los paseantes. La única misión que conserva ahora es exponer un mapa del parque que no consulta nadie por lo escondido que está. Pero aquel que se acerque con curiosidad y atención puede ver todavía vestigios de su ornamentación. Autores y personajes de obras de la literatura permanecen recordados en pequeños rombos cerámicos, presididos, evidentemente por Cervantes. Me ha parecido descubrir a Quevedo, a Moratín, a Zorrilla, algunas alegorías de sus obras, y otras imágenes que de momento no caigo qué representan. Un residuo no muy antiguo pero ya viejo que no por ser menor debe desconsiderarse. Lástima que no sirva -o que no quieren que sirva- para nada más que como mero testigo de un tiempo y de una afición lecturienta de la ciudadanía.
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viernes, 26 de noviembre de 2010
Soluciones comerciales
Soluciones imaginativas para los comercios. Hay horas en que el reclamo del comercio no consiste necesariamente en tener iluminado el escaparate. Y en exhibir el género al vacío nocturno de la calle. Hay comercios como el de la foto, donde se vende todo lo relacionado con la iluminación, que prefieren cerrar a cal y canto. Eso, sí, con arte. La mercancía no requiere mayor despliegue tras la hora de cierre. Y la fachada comercial puede ganar un montón. Más si está dotada de sentido de humor y con una decoración característica de cómic. Desde luego, la caligrafía está logradísima. Junto a la Plaza de Toros, en el Paseo de Zorrilla.
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lunes, 22 de noviembre de 2010
A los pies de los caballos
No dudo que es un buen conjunto épico. Jinetes y caballerías, todo uno en la acometida de la batalla. El papel de los cuerpos de caballería en el pasado era de élite. Los tiempos cambiaron una barbaridad, como decía la canción, y queda el recuerdo. ¿Y el agradecimiento? De los guerreros se ha hablado y homenajeado extensivamente, por activa y por pasiva, en todas las culturas, civilizaciones y tiempos. Pero, ¿ha pensado alguien en el precio que han pagado los animales? Considerado como medio, por muy unidos y dóciles que se mostraran con sus amos, el caballo (o la mula, o el burro, que todos ellos han sido utilizados para tareas duras, de carga de mercaderías o de carga de combate) ha perecido por millones, se ha desangrado en los campos de batalla, era el primero en recibir el impacto del enemigo.
El conjunto de Mariano Benlliure está ahí, al comenzar el Paseo Zorrilla, se quedó a las puertas de la Academia y no hay vallisoletano octogenario que no lo haya visto una y mil veces. A mi siempre me atrajo. Tiene dinamismo, pero es curioso que me parecía ver siempre más arrojo y decisión en el animal que en el guerrero. Si la iniciativa del monumento fue homenajear al cuerpo de Caballería en distintas épocas a lo largo de cuatro siglos, de ahí las diversas representaciones del guerrero, yo siempre me empeñé en ver también un canto al valor del animal. La cuestión no es baladí, sino más bien obvia: sin el caballo, ¿hubieran alcanzado los jinetes sus fines? Loor y gloria, pues, también al noble y generoso équido. A los pies de esos inteligentes seres.
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viernes, 19 de noviembre de 2010
Un edificio con buen hierro
Y sin embargo, no fiarse de las apariencias. Todos habéis acertado de qué tipo de edificio se trata. En efecto, se la conocía como la Casa Resines, porque su propietario era un tal Francisco Resines. Pero siempre surgen sorpresas. Por supuesto que, para el paseante, contemplar la fachada es ya un deleite, aunque el mantenimiento y cuidado actual de la misma no sea homogéneo. Esas alturas con arcadas le dan una proyección monumental a la fachada. Y luego la decoración: esos juegos de columnas con temas vegetales, los atlantes y las cariátides, complementan el aire ecléctico con resonancias parisienses que la hacen diferente. A mi me parece de un efecto de perspectiva vertical impresionante.
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jueves, 18 de noviembre de 2010
martes, 16 de noviembre de 2010
Miguel Hernández en las ventanas del colegio
Me ha emocionado encontrar este ventanal del Colegio García Quintana, en la calle Teresa Gil. Una labor realizada entre los chicos (supongo que maestros detrás) y que se exhibe hacia la calle, al transeúnte.
Miguel Hernández que, probablemente había hablado con las plantas y con los animales antes de dirigirse abiertamente a los hombres, sabía manejar como nadie las imágenes de la naturaleza. Por eso mismo se sentía más seguro de lo que tocaba, más fuerte, más sensible, más comprensivo y más tolerante. Está bien que en el centenario de su nacimiento, los niños de las escuelas españolas lo revitalicen leyéndolo y sabiendo de su vida (y de su muerte) Tal vez muchos padres se estén enterando de las letras de Miguel Hernández por los chicos que han realizado este trabajo. Enhorabuena a los chavales por su empeño en conocer a un poeta y revitalizarlo a través de sus palabras. Y de paso por enseñar a sus padres.
Por cierto, ¿se pararán los transeúntes a contemplar este panel didáctico de los alumnos del García Quintana? Yo lo he hecho. ¿Y tú?
EL SOL, LA ROSA Y EL NIÑO
El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.
Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.
Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.
Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Los relieves de la librería de lance
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