diario de un vallisoletano curioso

lunes, 26 de julio de 2010

El vate

¿Subida a los cielos o bajada de ellos? Los que miran la vida con realismo exarcebado dirán que sólo se dirige a la calle Santiago. Un poquito por encima del plano peatonal, pero hacia el centro de la ciudad. Aunque creo que a veces lo han cambiado de posición. Es el más nombrado en el plano callejero de la ciudad (dispone de una plaza importante y de una avenida larguísima y arterial, la que más) Es nombrado, menos, por cierta obra adaptada del pensamiento romántico (yo diría que con efecto más bien postromántico) que se basa en el mito antiguo del caballero Don Juan y cuya representación dramática era anécdota obligada el uno y dos de noviembre de cada año. No es el gran poeta de Valladolid, pero sí el más figurón. Y yo le tengo cariño, oigan, no sé por qué, acaso por inercia, aunque no beba jamás de su obra. Por cierto, ¿hay alguien que la lee todavía? El gran poeta de la ciudad es otro.


2 comentarios:

  1. La posición actual de la estatua le vino tras la última remodelación de la plaza con la construcción del aparcamiento subterráneo. A mí no me gusta como está colocada ahora. Ahí, tan al borde de la calzada. Cuando la veo me da la impresión que el poeta se va a arrojar al paso de los vehículos como queriendo poner fin a su vida.
    Cosas del romanticismo, supongo.

    Y por lo visto sí. Hay alguien que lee a Zorrilla. http://rosamariaartal.wordpress.com/2010/07/21/soraya-cita-a-zorrilla/

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Así es, Ada. Lo que ignoro es si originariamente la estatua fue pensada para estar en medio de una fuente o no.

    Me ha hecho reir tu conclusión sobre la tendencia suicida de los poetas, pero se ve que en el caso de Zorrilla su romanticismo se quedó cortito.

    Gracias por participar de esas inquietudes y disidencias. Creo que es importante aunar y canalizar disidencias para hacer frente a los que deciden e instauran criterios (y los ejecutan) en materia urbanística y ornamental (y en otros temas) De lo contrario, la ciudad sería muy aburrida, ¡y hemos tragado tanto!

    ResponderEliminar