Me gusta que los carteles hagan más acogedoras las paredes de las casas en obras, los pasos provisionales bajo los edificios en rehabilitación, los solares abandonados. No me gusta que el cartelismo reivindicativo y social casi se haya perdido y que el que existe sea cutre, excepciones aparte. ¿O es que no hay mirada hoy día para este tipo de expresión? Me gusta que el mensaje llegue por un sistema antiguo y hoy bastante en decadencia. En este caso de los carteles de la calle Dos de Mayo se venden actos denominados culturales. A veces resaltan más los intérpretes, a veces los autores. Monteverdi mira cual Ulises en busca de Ítaca a Angelica Kirchschlager, que no es Penélope, sino la intérprete de otro día y de otra obra. La socialización del consumo de la cultura es así.
diario de un vallisoletano curioso
miércoles, 5 de mayo de 2010
Cartelismo de lujo
Me gusta que los carteles hagan más acogedoras las paredes de las casas en obras, los pasos provisionales bajo los edificios en rehabilitación, los solares abandonados. No me gusta que el cartelismo reivindicativo y social casi se haya perdido y que el que existe sea cutre, excepciones aparte. ¿O es que no hay mirada hoy día para este tipo de expresión? Me gusta que el mensaje llegue por un sistema antiguo y hoy bastante en decadencia. En este caso de los carteles de la calle Dos de Mayo se venden actos denominados culturales. A veces resaltan más los intérpretes, a veces los autores. Monteverdi mira cual Ulises en busca de Ítaca a Angelica Kirchschlager, que no es Penélope, sino la intérprete de otro día y de otra obra. La socialización del consumo de la cultura es así.
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