En este edificio ya longevo, pero con buenos materiales de piedra y ladrillo, el diseñador ha ennoblecido todas las paredes que no son de fachada. Incluso ha echado un buen pulso a la noble factura que ésta ha mantenido siempre. De esta manera, el edificio gana en perspectiva en sí mismo y se salva del abandono que mostraban anteriormente sus paredes.
No, no está en Viena o en Berlín y, aunque la geometría podría beber de la Bauhaus, se encuentra en la calle Duque de Lerma, junto a la Plaza de la Universidad. Hay obras que no pueden escapar al ojo del paseante y que dotan de satisfacción al vecindario. Se agradece.
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