No es frecuente que veamos en Valladolid una muestra del vidrio finlandés. Hasta mediados del siglo XX se había oído hablar del sueco, pero sabíamos poco de los diseños finlandeses, aunque la industria venía desde dos siglos antes. Curiosamente, fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando empezaron a cundir nuevos modelos, producto de la competencia entre empresas y de nuevas necesidades de mercado.
La exposición que se puede ver en el MUVA, Palacio de Santa Cruz, procede de las colecciones de la Fábrica de Cristal y Vidrio de La Granja. La verdad es que los ojos del curioso no saben con qué quedarse más. Si con la factura y perfecta terminación de las piezas, si con su diseño o si con su armonía estética y sugerente.
Parece ser que precisamente fue el diseño el que relanzó la manufacturación de los productos del vidrio en Finlandia en la década de los 60. Nuevos objetos decorados, superando las formas sencillas de tiempos anteriores. ¿Qué podemos ver en esta muestra limitada pero rica? Desde cristalerías de servicio de agua, vino o licores, hasta jarras, platos decorados, luminarias para velas (es costumbre extendida en los países nórdicos disponer de velas en múltiples formas), jarrones, representaciones de pequeñas iglesias u objetos más caprichosos como pequeñas ánforas, frasquitos en formas orientales o un surtido espectacular de aves.
Uno no tiene conocimientos sobre el arte del vidrio. Y apenas sabía de la tradición cristalera finlandesa. Sin embargo, a este vallisoletano curioso le gusta disfrutar de los placeres que la mirada proporciona. La exposición del MUVA lo ha logrado. Y ha logrado que me interese más por la belleza y por la técnica, que son complementarias. Y que ni decir tiene que la iluminación y la ubicación de las piezas entre cristales eleva la dimensión de la muestra. Gracias, María Ángeles, por permitirme desde tu puesto de directora del MUVA descargar el imán de mi cámara sobre ese tesoro del diseño que ofreces.
No es frecuente que veamos en Valladolid una muestra del vidrio finlandés. Hasta mediados del siglo XX se había oído hablar del sueco, pero sabíamos poco de los diseños finlandeses, aunque la industria venía desde dos siglos antes. Curiosamente, fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando empezaron a cundir nuevos modelos, producto de la competencia entre empresas y de nuevas necesidades de mercado.
La exposición que se puede ver en el MUVA, Palacio de Santa Cruz, procede de las colecciones de la Fábrica de Cristal y Vidrio de La Granja. La verdad es que los ojos del curioso no saben con qué quedarse más. Si con la factura y perfecta terminación de las piezas, si con su diseño o si con su armonía estética y sugerente.
Parece ser que precisamente fue el diseño el que relanzó la manufacturación de los productos del vidrio en Finlandia en la década de los 60. Nuevos objetos decorados, superando las formas sencillas de tiempos anteriores. ¿Qué podemos ver en esta muestra limitada pero rica? Desde cristalerías de servicio de agua, vino o licores, hasta jarras, platos decorados, luminarias para velas (es costumbre extendida en los países nórdicos disponer de velas en múltiples formas), jarrones, representaciones de pequeñas iglesias u objetos más caprichosos como pequeñas ánforas, frasquitos en formas orientales o un surtido espectacular de aves.
Uno no tiene conocimientos sobre el arte del vidrio. Y apenas sabía de la tradición cristalera finlandesa. Sin embargo, a este vallisoletano curioso le gusta disfrutar de los placeres que la mirada proporciona. La exposición del MUVA lo ha logrado. Y ha logrado que me interese más por la belleza y por la técnica, que son complementarias. Y que ni decir tiene que la iluminación y la ubicación de las piezas entre cristales eleva la dimensión de la muestra. Gracias, María Ángeles, por permitirme desde tu puesto de directora del MUVA descargar el imán de mi cámara sobre ese tesoro del diseño que ofreces.
Aún a riesgo de pecar de reiteración, no se puede dejar pasar sin más esta maravillosa colección de fotos. Tengo reparo en ir a ver la exposición no vaya a ser que me guste más en fotos que al natural. Miguel
ResponderEliminarNo dejes de verla, Miguel. Es espectacular. Las fotos no reflejan toda la belleza de formas, decoración y textura del vidrio.
ResponderEliminarLos vallisoletanos no deberían perderse estas aparentemente pequeñas muestras, que no se ven todos los días. El esfuerzo del MUVA está siendo sólido durante los últimos años por ofrecer visiones diversas de la expresión artística y esperemos que el nuevo equipo rector siga potenciándolo.