Una de las cosas que más me asombran y me divierten es la repetición de temas iconográficos en edificios o instalaciones públicas de Valladolid. El león es uno de esos temas que uno lleva prendido desde la infancia, por causa de los buzones habilitados en el viejo edificio de Correos, en la Rinconada. Aquella pared bajo cubierta, donde dos leones y un lince recogían con sus bocas las cartas que enviábamos diferenciadamente a la ciudad, a la península y al extranjero -por cierto, ¿dónde se depositarían las que iban para Canarias, Baleares o Norte de África?- me deslumbró desde mis primeros pasos.
No sé si porque apenas había buzones por la ciudad o porque mi padre aprovechaba para dar un paseo, el caso es que llegar a Correos con la carta y el sello ya puesto era todo un ritual. Bueno, el ritual era que mi padre pusiera la carta en mi mano, me alzara para que yo pudiera echarla por la enorme boca y yo me quedara a continuación perplejo. ¿Qué habría detrás de aquellas bocas? ¿Qué estómago y qué vientre iban a digerir el destino de las cartas? Siempre fueron un misterio las tragaderas de aquellas carátulas de bronce que aún persisten. Pero la ferocidad de sus fauces, la mirada fija de sus ojos de reyes de la animalidad terrestre y el bruñido frío y dorado de su escultura causaba temor, cuando no un superior pavor, en el niño que se acercaba al zaguán del edificio de Correos.
Ritual que todos los niños de Valladolid han pasado. Y pasan. Y ese pavor sigue siendo. Pero algo tienen esas cabezas que las criaturas, a pesar del miedo, desean regresar a ellas. Yo, que niño me siento en muchas ocasiones, las sigo disfrutando casi todos los días. Y usándolas a pesar del correo electrónico. Y sigo asomándome por las bocas para ver donde ha ido a parar la carta.
ResponderEliminarNota al margen 1. En la columna de la esquina del soportal hasta hace poco tiempo había un inmenso letrero (creo que hecho con azulejos) donde se podía leer: "Prohibida la mendicidad".
Nota al margen 2. Tiene usted más razón que un santo. La iconografía del "León" se repite mucho por la ciudad.
Un saludo.
Adanero. No sabes lo que me gusta saber que otros individuos tienen sensaciones, sentimientos y memorias análogas a las mías propias. Y eso de asomarse a la boca, ya que te descubres, te diré que hago lo propio. Pero no mucho, porque realmente no quiero saber lo que hay allá abajo...me llevaría una decepción, jaj.
ResponderEliminarY respecto a la iconografía del león tengo en cartera otros, así como la rosa. La rosa es el tema que más se repite junto con el acanto en las decioraciones de muchos edificios. Pero el león está presente también, con toda su belleza melénica e impositiva. Ya los irás viendo en las fotos, aunque tú, que se ve que eres un callejero nato, ya sabrás perfectamente donde están. Por cierto, no tengo incinveniente en que me soples alguna, porque seguro que todavía no he decubierto los ocultos.
Un abrazo.
La decepción es que tras esas maravillosas y atrayentes bocas lo que hay es un carrito de supermercado don van a parar las cartas. Tanta solemnidad exterior para acabar igual que tomate frito en oferta pague dos y llévese tres.
ResponderEliminarMi referencia a la iconografía del león (entre comillas y con mayúsculas) era un chiste malo. Tan malo que veo que no ha sido. Hablaba del León primer ciudadano y representante de todos.
Saludos.
Disculpa, no lo capté, ciertamente. Es que tengo tan en alta estima al mamífero carnívoro de la familia de los félidos (wylkipedia) que pienso que este noble animal deja pequeño a cualquier otro de la especie humana con nombre análogo. El León electo que citas es efímero por más que se crea eterno. Si tuviera la nobleza del félido dejaría paso a otros candidatos. Y escucharía de verdad más a la ciudadanía. Pero se ve que el gusto excesivo por el propio Ego puede demasiado. Y podría ser también su perdición.
ResponderEliminarSaludos.
Creo que en la mayoría - por lo menos en pueblos grandes y cuidades- la cabeza del león existe en correos.
ResponderEliminarDesconozco la razón, aunque me gustaría saberla.
Saludos
Anuska
Anuska. Sería una iniciativa del Estado, pero ignoro en qué época. Ni por qué se eligió esta representación. Es bastante sorprendente. Espero que se preserve. Sospecho que es un invento de principios del siglo XX, pero habrá que localizar la explicación.
ResponderEliminarDe cualquier manera, son una preciosidad.
Para los que tienen niños (aunque no es requisito indispensable) una recomendación literaria.
ResponderEliminarhttp://www.anayainfantilyjuvenil.com/catalogos/proyectos_lectura/IJ00049703_1.pdf
Me lo apunto. Gracias!!!!!!!!!!!!!!!
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