Qué hay de pasado recreado o qué de teatro o qué de realidad es cosa de criterio de cada cual. Por una parte, los artesanos y tenderos cuya forma de vida no se diferencia de la de siempre. Trabajar un oficio y agenciarse unas ventas. Ir de feria en feria. Como en siglos pasados. ¿La diferencia? Que estos mercaderes forman además parte del espectáculo callejero durante unos días en el entorno de la Plaza de San Pablo y Cadenas de San Gregorio. El día, más invernal que otra cosa, no propiciaba gentío. Pero el mercado va a estar hasta el domingo y cabe la recuperación. Los personajes hablan por sí mismos en estas fotografías. Bordan el papel. Y yo creo que, en el fondo, a la gente que hemos pasado por ahí nos estaba gustando imaginarnos un Valladolid lejano en el tiempo y en las costumbres.
Me gusta también pasear por estos tenderetes, siempre que sean originales y no mera mercancía de chino disfrazada. Y los oficios, y el ambiente de fiesta...
ResponderEliminarNo me ha parecido ver chinadas en estos puestos. Quedan artesanos en España, otra cosa es si lo hacen mejor o peor. De todos modos, es parte del reclamo festivo de los ayuntamientos, y el problema es que se repiten un año tras otro sin novedad alguna. Generan cierta ilusión, indudablemente.
ResponderEliminarSaludos, Ramón.