diario de un vallisoletano curioso

jueves, 6 de mayo de 2010

Me alegro, Marcos


Me vino a pelo encontrarme con Marcos. Iba por la Acera de Recoletos del brazo de Teodulfo Lagunero, camino de la presentación de un libro sobre Memorias de la Transición, o algo así, en la Feria del Libro. No sé si sonaron más las carcajadas que el apretón de manos, porque lo suyo ha sido una alegría para mi. Y es que a este viejo compañero de facultades no se le ha ocurrido otra cosa a estas alturas que presentarse para Rector de la Universidad y salir elegido.

Quiero creer que eso significa algo. Que Marcos Sacristán lleva detrás un equipo que quiere mirar para adelante y con otra mirada. Que obviamente hay gente que confía en él, vamos, en él y en su equipo, para darle un empujón decisivo a esta Universidad vallisoletana que tanto lo necesita. Y para que se plantee con otra visión la relación entre universidad y sociedad, como se debatía en los viejos tiempos, malgré lo que ha acontecido y lo que cae. Pero tiempo habrá para hablar, hacer y comprobar. De momento, les requerían para el acto y nos dejaron con ganas de seguir la charla. El vallisoletano Teodulfo, desde su experiencia octagenaria, nos miraba asombrado. ¿Sería por nuestras risas? Uno quiere creer que aún hay razones para la sensatez y la cordura, en medio de la vorágine de cinismo y demagogia que otros siembran. Pienso que la elección de Marcos Sacristán es una esperanza, nada pequeña, en su parcela.



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