diario de un vallisoletano curioso

viernes, 28 de mayo de 2010

LMNO in fraganti (ensayos)

Soy raro. Me gusta pillar a los grupos del Teatro de Calle de estos días en los ensayos previos. O disfrazándose. O cubriendo el rostro de pigmentos. O instalando los operativos. Es como si intuyeras el espectáculo antes del espectáculo. Te acercas a los grupos. Los observas, traspasas el círculo de su ámbito, oteas las furgonetas de las que descargan los baúles. Pero sobre todo miras a los componentes en su quehacer de pruebas. Concentrados, silenciosos a veces. Los grupos más pequeños y modestos se lo hacen todo. Esta vez te quedas con los preparativos del grupo de coreografía de calle LMNO. Nueve mujeres de Francia que se montan la historia titulada Lucy. Un homenaje al antecesor descubierto en Etiopía, pero que recaba un retorno a los orígenes. Los largos bastones, los cuencos, los vestidos, los ritmos, las canciones, los movimientos y saltos se prenden del sabor africano de donde acaso salimos todos. Hay mucho en esta historia vertiginosa e imparable de relato de la historia de la humanidad. De eterno empeño en perseguir la búsqueda de los significados que hace que los individuos y las tribus se enfrenten a las dificultades, pero también al hermanamiento y a una resistencia cíclica.


4 comentarios:

  1. Siento no tener más tiempo para disfrutar y empaparme de una de las mejores manifestaciones de libertad creativa que hoy pueden admirarse en España. Es impresionante lo que da de si esa manifestación cultural, de ritmo, música, habilidad, acrobacia, humor y riesgo que se apodera de las calles de Valladolid y en ocasiones sobrecoge. Magnifica entrada.

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  2. No creas, Fernando, que me planteo un timing de visitas a los espectáculos. Me gusta ser anárquico, ponerme en manos del azar, dejarme llevar. Eso de: a ver qué pillo por Santiago o por Portugalete o por el Matadero viejo...La sorpresa. Confirmo tus palabras. Creo que la esencia del teatro, sea cual sea sus formas, está en la calle. Y ya digo, me encanta mirar detrás. Un abrazo.

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  3. Ese es el programa, no tener programa. Dejarse sorprender por lo que de pronto nos podemos encontrar por las calles. Me suelen gustar más las actuaciones de esos pequeños grupos que no tienen un sitio fijo para sus representaciones y que hoy te les encuentras en una esquina y mañana en otra. Esa debería ser la esencia de este teatro de calle.

    Un saludo.

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  4. Así pienso yo, Adanero. Claro que uno no dispone de tiempo suficiente para estar a todas. Así que doy como bueno lo poco pero sorprendente que he pillado. Saludos.

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