diario de un vallisoletano curioso

jueves, 19 de abril de 2012

Grito de guerra



Ignoraba que el espíritu del prefecto romano habitara entre nosotros. Célebre cargo del Imperio en tiempos de Augusto que pasó a la historia como sinónimo de no querer saber nada, de librarse de la responsabilidad de decidir. Desconozco también si la pintada expresa un surrealismo que vuelve a un país del que nunca se ha ido. O si alguien trata de decirnos que es imposible que los españoles nos tomemos las cosas con cordura y en serio. O acaso alguien con humor da la voz de alarma sobre los riesgos de dejar pasar tanta tomadura de pelo que desde las alturas está cayendo sobre la ciudadanía. Pintada encontrada ayer en un rincón de la Plaza del Salvador.


6 comentarios:

  1. Pues va a tener razón. Me apunto a la última posilidad

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que es alguien hastiado de la Semana Santa, pero con el punto de mira desviado ya que su nihilismo provocó todo aquello.

    ResponderEliminar
  3. En un principio, yo habia pensado como Miguel, pero, viendo de nuevo la pintada, ¿no será una muestra también de agradecimiento al prefecto romano, ya que fue él el que con su actitud zanjó el asunto como lo zanjó y en virtud del cual se conmemora el evento que tanto lucro aporta a los que se benefician de él?

    ResponderEliminar
  4. También podría ser, Miguel. De todos modos lo tenemos más fácil los que no creemos que ni aquello fuera como dijeron luego que fue, ni por el forro. La Historia se inventa y más la de un pasado lejano que vaya usted a saber.

    ResponderEliminar
  5. Jaaaa. Fernando, me arrancas la carcajada saludable. Sí, sí, probablemente. Imaginemos que la historia haya sido real alguna vez. Si en vez de hacer la concesión a los grupos de poder locales (fariseos, etc.) se hubiera plantado el tal prefecto imperial y hubiera enviado al denunciado al exilio (u otro método que no permitiera a los grupos de presión de la ciudad llevarlo al castigo) el proceso de fundación de todo aquello que vino no hubiera tenido lugar. Aunque yo creo que la verdadera fundación vino después de mano paulina.

    ResponderEliminar