diario de un vallisoletano curioso

jueves, 18 de febrero de 2010

¿Crisis? ¿Qué crisis?

Un amigo mío suele decir que cuando oye la palabra crisis le dan ganas de reír sin parar. Pero es que mi amigo es muy incrédulo. No se cree casi nada. Si hubiera visto las colas de hoy por la mañana ante un comercio de la calle Mantería se habría carcajeado. ¿Esperaba el personal ante una tienda de productos de primera necesidad? ¿Qué habría dicho al ver entrar en la tienda por grupos reducidos a la clientela ávida?

Hace unas décadas la palabra crisis no se utilizaba, pero la crisis era un hecho real cuya gravedad cuestionaba la subsistencia de las familias. Hoy llamamos crisis a otra cosa, y ni siquiera los principales inductores de la palabreja -los sesudos economistas, los bancos que callan como zorros, las autoridades monetarias internacionales, los medios de comunicación que explotan el morbo y determinados políticos que no quieren ni saben aportar soluciones- se ponen de acuerdo sobre su dimensión efectiva.

Si hay tanta crisis, ¿cómo se explica que los últimos datos -esa manía persecutoria que día a día nos brindan para comernos el coco con lo que no se entiende- indiquen que los españoles últimamente vuelven a consumir más? No voy a perorar sobre el tema, que ni es baladí ni es de fácil encaramiento. Pero nadie me libra de la perplejidad. Las colas adjuntas ¿estaban plantadas ante un establecimiento de productos sumamente necesarios? Pues que yo sepa, lo que espera la gente para comprar ahí son objetos de perfumería, cuyos precios ya se saben cómo se las gastan ordinariamente. El anuncio de rebajas del equis por cien, que vaya a usted a saber, eran un buen reclamo. Vivimos tiempos en que todo se considera necesario, incluso los Maserati. Ya nadie se acuerda de tiempos peores. Si se hacen colas para los perfumes, ¿qué dimensiones no tendrán las mismas si las carencias llegasen algún día? Mejor no conocerlo. Entonces habría que inventar otra palabra más contundente. Aunque igual no era necesario. Todo estaría ya muy claro.

4 comentarios:

  1. Yo pasé por allí esta mañana. En efecto el comercio anunciaba descuentos de hasta el 40%. Y ya se sabe como es esta ciudad que en cuanto dicen que dan o que rebajan la gente pierde el culo. Pero esto ha pasado siempre, y si no acordarse de cuando los de la Coag anunciaban que regalaban patatas, que se llenaba aquello de jubilatas. Y como dices bien me parece que el comercio no es ni una panaderia ni una carniceria, pero es que hoy lo queremos todo, todo. Tanto consumo nos mata. Y luego dicen que el pescado es caro.

    Luis de Dios

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  2. Buenos días. Es que al leer esto y aunque teneís razón tanto el post como el anónimo que escribe, sólo lo veis desde un punto de vista. Hay gente que lo está pasando mal, y si bien la ha habido siempre, ahora cunde más.

    A la situación habría que aplicar aquel refrán que nos decían cuando se moría un íntimo: "Él nos lo dio Él nos lo quitó". Algo así ha sucedido con el estallido de la burbuja inmobiliaria, que durante los años que ha generado trabajo y riqueza y especulación, todo iba relativamente aunque era un secreto a voces que alguna vez tendría que finiquitar. Ahora que parece que casi todo dependía de la construcción y ésta ha pinchado, viene en cascada con otra serie de sectores productivos el paro, la disminución de ingresos, etc.

    El problema fundamental es que ahora si quiebran puestos laborales repercutirá entre más familias. Y además hoy el cuelgue de los grandes productos, por ejemplo coche con créditos, piso con hipotecas, más créditos para montar o sacar adelante un pequeño negocio, es muy gravoso, te hayas quedado sin trabjo o lo tengas pero no te llegue el nivel salarial.

    Como siempre, la espada de damocles sigue siendo la banca y por extensión las finanzas inrernacionales. Ni los anteriores gobiernos ni éste al menos en la etapa anterior aplicaron medidas correctoras. ¿Pero el sector empresarial, principalmente el financiero se habría dejado? ¿Quién habría podid poner el cascabel a un gato que no se iba a dejar? Y es que se está mucha haciendo demagogia hipocritona.

    Y mientras el que lo está pasando mal pue eso, ajo y agua.

    Elvira

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  3. Pues yo he ido de compritas.
    el comercio se va a cerrar y por eso estaban dando a precios de ganga muchas cosas.
    Desde luego que son productos que no hacen falta,pero si los vas a comprar igual...
    O no que lo que he comprado yo no lo necesitaba,pero es tam bonito...
    jeje

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  4. Luis, Elvira, Batido. Nada que añadir. Vuestros puntos de vista son demasiado sabrosos, y mayormente participo de ellos. Y complementarios. Batido, te comprendo también.

    Este post tiene un aire de debate sano y sincero que me gusta.

    Gracias por frecuentar a Vallisoletano.

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