De viejo Matadero a expresión de vida social

Una de las cosas que más alegría me produce es que se recuperen edificios de otras épocas. Y no me refiero tanto a los de hace varias centurias, sino a los del siglo anterior que respondieron a necesidades y exigencias de los cambios urbanos. Para lo cual se levantaron construcciones con arreglo a pautas de diseño modernas. Bastante se ha destruido ya como para no pensárselo a estas alturas y respetar lo poco que va quedando. Afortunadamente, se ha llegado a tiempo de salvar algunos. Es el caso del antiguo Matadero Municipal, en vigor hasta no hace muchos años.

El viejo Matadero, situado en el Paseo Zorrilla, entre la Carretera de la Esperanza y los Jardines de la Rubia, al borde del Polígono Argales, estuvo abandonado durante varios años. Formado por una serie de pabellones de estilo racionalista y levantado en tiempos de la Segunda República, el Matadero quedó catalogado en el Plan General de Urbanismo desde los primeros años de la etapa democrática. El proceso de recuperación para nuevos usos y consiguiente rehabilitación está siendo considerablemente lento. Los primeros que se preocuparon por salvarlo e integrarlo en el barrio con nuevos criterios fueron los miembros de la asociación de vecinos de la Zona Sur, y de esto hace treinta años largos.

Entiendo que al ser una amplia superficie, con varios pabellones donde antiguamente tenían lugar las diferentes funciones propias de un matadero, la tarea no es fácil. Sobre todo, porque se trata de dotar de usos cívicos a todos ellos y ya es sabido que los dineros para los servicios sociales no llegan con la misma celeridad que para otros destinos. Ya funciona desde hace bastante tiempo una piscina sobre un nuevo edificio anexo, y en el pabellón principal está ubicado el Espacio Joven, donde se realizan actividades tal como se ve en algunas de las fotos adjuntas. Otro de los pabellones recuperados lo ha sido para Centro de Personas Mayores. Aún quedan otros edificios del mismo conjunto pendientes de actuación. No me cabe duda de que se matan dos pájaros de un tiro. Se recuperan viejas edificaciones de valor reconocido y a la vez se da respuesta a necesidades sociales. Es de esperar una aceleración por rescatar lo que queda todavía postergado.