A las puertas de donde vive el alcalde León de la Riva tuvo lugar ayer sábado el final de una manifestación de gente que se opone al desmantelamiento de la Escuela Municipal de Música de Valladolid. Alejandro López Alberdi ha tomado la iniciativa de la denuncia pública y la recogida de firmas y dice lo siguiente:
"El primer edil vallisoletano, Francisco Javier León de la Riva, pretende desmantelar la actual escuela municipal de música de Valladolid, para convertirla en poco más que una academia de estudios de introducción al conservatorio con profesores sin titulación profesional. Actualmente la escuela presenta una oportunidad para todas aquellas personas amantes de la música que, por tiempo o por cualquier otra circunstancia, no desean acceder al conservatorio, y disfrutar de su pasión rodeada de gente de intereses similares. De seguir adelante su propuesta, dejará en la calle a más de una treintena de apasionados profesores, y más de 600 alumnos.
Sus argumentos son que los cursos superiores representan una ruina municipal. Desde mi punto de vista, invertir en cultura bajo ninguna circunstancia puede suponer una ruina, si no una inversión de futuro en gente apasionada por la música. Además, los gastos de la escuela municipal de música son subvencionados en aproximadamente un 50% por parte del alumnado, un alumnado, además, que año tras año intenta acceder a la misma, y más de un 75% de las matrículas son desechadas por falta de profesorado e instalaciones. En tiempos de crisis, es necesario ajustar los presupuestos, pero un recorte de este tipo en la cultura de la ciudad no me parece tolerable, basado en datos que no son ciertos, cuando se podría enfocar de un modo que representara incluso un beneficio a la alcaldía."
Mala cosa es atacar uno de los pilares fundamentales de la cultura. Así no se va a ningún sitio. No nos extrañemos luego que el plano de cultura musical sea tan bajo. Y que la ciudad no refleje precisamente un nivel popular conocedor de música como tienen en tantas ciudades españolas. No es de extrañar luego cosas como que las peñas de fiestas vallisoletanas, salvo alguna honrosa excepción, apenas dispongan de charangas o sepan tocar más allá del silbato. Y es que al gobierno municipal actual le importa un pito la promoción musical, obviamente. Así no se hace ciudad de verdad. Lo que se siembra se recoge.