El viejo Campillo de San Andrés o Plaza de España tenía hoy abarrotada parte de su marquesina. Mutación. De mercado de frutas, verduras y flores de las mañanas laborables a puestos de género lectura. Allí, apelmazados, los libreros han expuesto su mercancía. De paseo, encuentras a unos cuantos amigos o simplemente a gente receptiva que se despoja de la sequedad que califica al vallisoletano. Los organizadores del gremio de libreros se han traído de Salamanca a Luciano G. Egido para el ritual de firmas. El ritmo de un conjunto musical pone su punto. El público gira cuadrangularmente en torno al perímetro. Dan ganas de quedarse todo el día, deambulando.
Los ojos bien abiertos para recibir. Los ojos bien cerrados para disfrutar.
Buena serie de fotografias
ResponderEliminarSalud.
Gracia, Miguel. Hago lo que puedo. Pero me gustan estos ambientes.
ResponderEliminarSalud y Mirada.