Un hombre, tras una puerta tejida de forja, escribe. Y mientras escribe, piensa. Y mientras piensa, lee en su interior. Y mientras lee dentro de sí, recuerda. Y mientras recuerda, medita. Y mientras medita, reelabora a su manera el mundo. Y mientras rehace el mundo, escribe. A la sombra de sus palabras.
Me ha costado, pero de pronto se me iluminó. Es la Casa de la India, seguro que sí. Allí por la estación de autobuses. ¿Es Tagore el escritor? Gandhi no desde luego, que el de la estatua tiene mucho pelo.
ResponderEliminarCaliente, caliente, Elvira.
ResponderEliminarSaludos.