Nunca imaginé que pudieran ser tan espectaculares. Y los llevo viendo toda la vida. Pero ya se sabe. Cuanto más cerca los tienes, más los ignoras. Esos protectores de los canalones, que van quedando pocos, nos sorprenden con sus imágenes adustas, misteriosas. Situados más o menos a tu altura, es decir en disposición de mirarlos y de hablar con ellos si es preciso. No sé por qué me recuerdan los tótem de los indios de Norteamérica. Y como tampoco conozco el significado de estas caras en un elemento de las construcciones urbanas que prácticamente ha pasado a la historia, no hago sino preguntarme si también tendrían un carácter protector. Acaso resulte, a pesar de tantos siglos confesionales, que hay una vena animista en la ciudadanía. Y que se trate de una reencarnación del Dios de la Lluvia llora sobre Valladolid.
Wuala.
ResponderEliminarNo me he fijado nunca
Bueno, tienes toda una ciudad de detalles por delante. Sin prisa.
ResponderEliminarNo dejas de sorprendernos con la absoluta coherencia entre el objetivo del blog y las imágenes que nos propones.
ResponderEliminarSi giras la imagen 180º verás un dios más enigmático y burlón. Ya sabes, hay que prever los caprichos del fontanero o los condicionantes del canalón a proteger.
Miguel
En la calle Viana (http://vallisoletvm.blogspot.com/2010/03/la-calle-viana.html), tienes unas bien antiguas. Quizá te interese verlas.
ResponderEliminarUn saludo.
Miguel, exageras. Probaré a girar el canalón. Ah, el viejo truco de rostros Norte-Sur o Arriba-Abajo, y los otros Este-Oeste o Delante-Detrás. Las dos caras, siempre. Como Jano.
ResponderEliminarPero la verdad es que los pequeños detalles urbanos me fascinan cada vez más. Lástima que vayan despareciendo en aras de un pensamiento único también existente en urbanismo.
Un abrazo.
Jesús. Yo tomé esas fotos muy cerca. En la calle Campanas, esquina con la calle Correos. Hace tiempo había algunas análogas en un caserón entre Panaderos y Estación. Observé que como el edificio estuvo deshabitado bastante tiempo iban desapareciendo paulatinamente. Luego lo derribaron. En algún mercadillo habrán acabado o en la casa de algún pudiente. Nunca se sabe.
ResponderEliminarEn cuanto localice esas que me dices u otras más, las cazo.
Mil gracias.