Aunque parece que se pretende por parte del Ayuntamiento ir haciendo más homogéneos los diseños de faroles, no sé si también de farolas, lo cierto es que hay una variedad de modelitos por toda la ciudad. Diría que incluso abundancia.
Aquí retrato algunos ejemplos del casco histórico, que tienen el denominador común de pretender dar una imagen de ciudad decimonónica. Inspirados algunos de ellos en los viejos faroles de gas, te pueden parecer graciosos o abominables. Carcas o entrañables. Según los veas. A mi particularmente, los puntos de luz me parece de lo más difícil de lograr en los espacios urbanos. No hay más que ver algunas luminarias verticales que colocaron en la desafortunada remodelación del Paseo adjunto al Campo Grande.
Tampoco tengo claro si se trata de llevar el pensamiento único al sistema de iluminación de nuestras calles. Cuando veo la diversidad flotante sobre nuestras cabezas me gusta más que si lo uniformizan. Después de todo, no es tanto la multiplicidad de estilos lo que afea, sino otros elementos tales como focos para iluminar monumentos que, con frecuencia, se colocan en cualquier parte y de cualquier manera.
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