Están siempre vigilantes, siempre al acecho amistoso y silente de quien pasa, pero sólo unos pocos privilegiados saben de su existencia
Cierto, y como metáfora no tiene precio. Siempre me entusiasmó esta belleza de puerta.Un abrazo.
Están siempre vigilantes, siempre al acecho amistoso y silente de quien pasa, pero sólo unos pocos privilegiados saben de su existencia
ResponderEliminarCierto, y como metáfora no tiene precio. Siempre me entusiasmó esta belleza de puerta.
ResponderEliminarUn abrazo.