Siguen apareciendo en el bolo publicitario de la Plaza del Caño Argales. Temas absolutamente fuera del tiempo y del espacio. Configuraciones de imágenes sacadas de la red y vinculadas como un puzzle. Un capricho de alguien que quiere ver otra cosa que la cartelada habitual -pagada con mucho dinero- que la Junta suele colgar en el soporte de la plaza. Para mi también constituye un juego capturar la foto a tiempo. Su duración es efímera. Su transcendencia, casi inexistente. Pero hay tantas cosas de este estilo en las vidas de nuestra especie, ¿no?
¡Como mola!
ResponderEliminarDe momento llego a tiempo, porque dura poquísimo, pero es curioso cómo se lo monta el rompecabecista, porque no deja de ser una labor de montar un puzzle y construir un cartel grandote con hojas pequeñas. Un capricho, supongo.
ResponderEliminarMás que un capricho, Vallisoletano, me parece una manera de entender la creación, su difusión lejos de los cauces institucionales -galerías, exposiciones-. Este artista hace su obra para todos, de esa manera tan humilde y con tan pocos medios.
ResponderEliminarAvanti las intervenciones callejeras!!!
ResponderEliminarvasssa, no he visto la del elefante!...
ResponderEliminargracias, curioso
Gracias por la precisión, Arcilla. Mi calificación era suave y bastante imprecisa, porque no conozco demasiado bien las intenciones del artista. O no he sabido valorarlas. Disculpas. Aprendo de todo.
ResponderEliminarPor supuesto, David. Debería haber más intervenciones callejeras. La calle es de todos. No sólo de aquel político totalitario no electo que decía que la calle era suya (seguro que tú ni habías nacido) y que hoy algunos de sus hijos políticos pretenden apropiársela. No hay calle sin ciudadanos.
ResponderEliminarNo es fácil, si no pasas en el momento preciso se puede escapar. Parece que ese bolo de la Plaza está monopolizado por el repartidor de los conciertos de la Junta de Castilla y León-ahí tienes la estación. ¡Y luego dicen que hay libertad expresiva!
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