diario de un vallisoletano curioso
lunes, 8 de noviembre de 2010
El día en que los árboles quedaron desnudos
Decid, si queréis, que soy un pesado y un repetitivo. Pero es que no siempre la belleza pasa dos veces por tu lado. Y hoy ha sido uno de esos días en que el viento y el fino chirimiri agitaban los árboles y los cuerpos como sólo pueden hacerlo en noviembre. Se imponía la lluvia sin fin de las hojas, por cualquier parte de la ciudad por la que caminaras. Así que no pude resistir la tentación de atravesar la zona más frondosa, la más selvática, la más variada en cuanto a especies y estética. El suelo de tierra apelmazada desaparecía, el río del parque se convertía en una senda densamente vegetal, el sotobosque habitualmente verde se tornaba también amarillo. Una revuelta de toda la botánica que nadie puede parar. Metamorfosis veloz en alfombra de hojas de todas las variedades arbóreas que habitan ese ámbito. Un universo que se homogeneizaba con los genuinos colores el otoño. ¿Hojas muertas? Hojas bellas. El color nos rescataba de la melancolía. La mirada cura. Pasarse por este lugar es salir renovado. Puede que hoy los árboles se quedaran desnudos. Merecía la pena darle al clic y dejar constancia un año más de ese fenómeno que en estas fechas no cesa en el Campo Grande.
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Las fotos parecen agrandar el paísaje, sus colores invitan a pasear sobre las hojas y, en el silencio, contemplar y ensimismarse en esta sonata de otoño.
ResponderEliminarGracias por estas imágines tan otoñales que invitan al recogimiento.
Ni las palabras ni las imágenes virtuales describen la belleza real. El goce de los sentidos debería ser una norma tan fundamental como cubrir las necesidades alimentarias. De hecho lo es, pero mucha gente no sabe recrearse en la mirada, el tacto y otros sentidos. Lástima, ellos se lo pierden. Cuántos pueblos y ciudades desearían tener un Campo Grande que es la Naturaleza en pequeña y variada escala.
ResponderEliminarGracias! Aunque no salga a pasear estoy al día de los cambios en la ciudad...
ResponderEliminarPero lo del Campo Grande tengo que ir a verlo!
Bienvenida, Esther. Gracias a ti por prestar atención al blog. Debes darte prisa, antes de que los empleados de la limpieza se lleven la hojarasca. De cualquier modo, los colores no se los llevan. Otoño.
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