diario de un vallisoletano curioso

lunes, 14 de junio de 2010

Cuando la luna se sube por las paredes

Ya he manifestado en otras ocasiones mi predilección por los murales artísticos. No sólo los que van por libre expresión. Sino aquellos que responden a un mensaje comercial. El otro día, al pasar por Domingo Martínez, me topé con esta pared lateral. Casi la ilustración me invita a pasar al bar, pero temía que el contraste fuera poco idílico y me limité a recrearme en los colores tenues y bastante uniformes, pero bien conjugados, de este par de astros. La verdad es que tienen algo de enamoradizas esas dos caras del llamado satélite. La de la cara oculta adquiere su belleza precisamente en su perfil diezmado. La cara rechoncha la consideramos hermosa por su extrema luminosidad cuando se encuentra en estado plenilunio. Y esos labios flotantes hacen de vínculo, como efluvios de las fases que la Luna recorre. Murales como éste merman el aspecto gris de las calles. Bienvenidos, y que cundan.


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