Otro tramo de paseo de la orilla del Pisuerga es el de la zona de Tenerías. El nombre suena por una plaza que hay por San Ildefonso, pero ¿sabe el paisanaje lo que eran las tenerías? Yo tampoco lo tenía claro, pero todo es cuestión de informarse. Porque cuando entras a intentar saber sobre industrias y oficios de otra época somos todos unos ignorantes. Casi todos los oficios y labores del pasado han caído ya en desuso y sobre todo en el olvido. A algunos nos suenan ciertas cosas por nuestros padres y abuelos, sobre todo si procedían del campo, último baluarte de la España secular.
Las tenerías eran unas industrias artesanas de tratamiento inicial de las pieles de los animales domésticos (corderos, cabras, machos cabríos, vacas, toros) Digamos que se las depuraba y se las desgastaba hasta dejarlas lo más limpias y encogidas posible para que luego pudieran ser tratadas. En definitiva, se las adobaba (¿quién utiliza hoy día este verbo si no es para el otro uso, el de sazonar la carne de los animales de matanza?) Y a partir de ahí ya se podían curtir las pieles para convertirlas posteriormente en prendas.
Así que este barrio de tenerías y curtidores tenía que estar forzosamente instalado en pasados siglos a orillas del río Pisuerga. La necesidad de agua para ese trabajo era fundamental. En las fotografías se advierten los escasos restos. El muro imponente y sobre todo esa especie de estanques donde uno trata de imaginar el esfuerzo de frotamiento y enjuague de las pieles. El paseante echa en falta alguna clase de panel informando sobre el gremio y sus trabajos, del estilo de los que oportunamente se han instalado en los restos del Palacio de Ribera en Huerta del Rey. Por encima de estos restos, emergen los edificios de las últimas décadas. ¿Cuántos recuerdan que ahí estaba el cuartelillo de los grises, la Policía Armada de Franco?
¡Muy bueno lo tuyo!. No hace mucho que he pasado por esa vereda y sin más lo identifiqué con un lavadero público de cuando, exclusivamente las mujeres, iban a lavar y tender la ropa fuera de casa en el verde de la orilla de todos los ríos y arroyos de España.
ResponderEliminarDe lo de los "grises" ni idea, y eso que aunque no soy de Valladolid les padecí aquí en mi época universitaria, pero siempre les relacioné con la calle Felipe II.
Gracias, Miguel, por tus observaciones.
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