Me ha parecido un jardín luminoso, a pesar del día de niebla. ¿Quién diría, viendo estas fotos, que se trata de un cementerio? Y sin embargo, lo es. Lejos de aquella imagen neorromántica que preserva el espacio más antiguo del cementerio de El Carmen y más lejos todavía de las partes más masificadas y homogéneas del mismo, aquí el concepto es otro. La necrópolis de Las Contiendas rescata un sentido menos tradicional de lo que siempre ha existido en España. Formando escalonamientos, en función de la ladera del amplio cerro, hay zonas donde la vegetación ajardinada ha acabado siendo parte del suelo. Es entonces cuando la necrópolis adquiere un valor diferente, donde muerte y naturaleza están más vinculadas entre sí que con las ideas y creencias tradicionales al uso.
Al igual que existe una arquitectura de la vida en las ciudades, hay también una arquitectura del espacio de los muertos. Se da en todo el mundo, y las culturas más antiguas saben mucho más de ello. Pero no es esto lo que quería mostrar en esta entrada, sino la belleza del acompañamiento vegetal y cómo se acopla al medio.
Al igual que existe una arquitectura de la vida en las ciudades, hay también una arquitectura del espacio de los muertos. Se da en todo el mundo, y las culturas más antiguas saben mucho más de ello. Pero no es esto lo que quería mostrar en esta entrada, sino la belleza del acompañamiento vegetal y cómo se acopla al medio.
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