diario de un vallisoletano curioso

miércoles, 27 de abril de 2011

La selva de Manolo Sierra



No hay un muro ni una calle ni un aparcamiento. Hay un huerto, un vergel, el campo abierto, las laderas de un monte y la ribera de un río. Hay un espacio natural que se abre paso ente las señas de la urbe. Una manigua, una selva, una jungla que penetra rebosante de follaje entre el vecindario. Hay una estrella que es un sol que es una esperanza, que emerge y se instala. Hay una hoja gigante que es todas las hojas, que es todos los frutos, que es todo el oxígeno, que es toda la sombra.

(Las calles Oración y Serafín, en la Rondilla, son callejones sin salida. Contramilagros del urbanismo de la década desarrollista de los 60 del siglo pasado. Geografía torpe que ignora a los seres humanos, imposición del ladrillo y el hormigón, ecos de la especulación inmobiliaria. Manolo Sierra pintó esos cul-de-sac hace un tiempo, supongo que a petición de la Asociación Vecinal. La calle no tiene salida, pero no sé si porque hay pared o porque te adentras en lo intrincado y te pierdes)











4 comentarios:

  1. Están muy buenos, hoy es día de grafittis ¿has vistos éstos?
    http://fotos-sant60.blogspot.com/2011/04/mas-graffitis.html
    Saludos

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  2. No, no los conocía. Toda una categoría, sí. Pero le llamaría más que grafitis. Gracias por citarme la página. En Píllala hay bastantes más.

    Buen jueves.

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  3. Pues cerca de la antigua Residencia hospitalaria las tienes.

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