No me voy de esta iglesia de San Andrés, de donde queda pendiente asistir a un concierto, sin antes colgar una cosa extraña. En uno de los altares laterales hay cuatro figuras de niños de lo más peculiar. Dos de ellos son blancos totales. Los otros dos tiene el cuerpo blanco y las cabezas negras. ¿Qué representación hay tras estos seres anómalos? Indagaré. Pero si algún lector tiene idea del simbolismo oculto, ruego lo comente. Tal vez fue simplemente una caprichada de los artistas que labraron el retablo. Tal vez una venganza porque no recibieron las percepciones económicas estipuladas. Y es que a uno le gusta ver la intrahistoria, más revoltosa siempre que los simbolismos antiguos. Pero, ¿a que resulta chocante?
La verdad que es muy curioso, al menos para mí que no tengo conocimiento del asunto.
ResponderEliminarSaludos.
Mira, también las manos que agarran la cornisa superior están negras, sean angelitos blancos o angelitos negros: esto puede ser asunto de restuaradores (de obras de arte, no de comida)
ResponderEliminarVitesse. Lo es para mí, y eso que se trata de un espacio que frecuenté en otros tiempos...Saludos.
ResponderEliminarPuedes tener razón, pero no me digas que si es por esa razón no tiene recoña la cosa. No tiendo al esoterismo, pero me gustaría que hubiera alguna razón más divertidamente oculta...
ResponderEliminarEn fin, si alguien sabe algo, que lo cuente. Ah, ya sé cómo enterarme. Buscaré a cierta persona que igual conoce.
Buen día, Casilda.
Da la impresión como si esas cabezas negras hubiesen sido colocadas a posteriori y faltase pintarlas. No encuentro otra razón lógica. Un saludo vallisoletano
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