diario de un vallisoletano curioso

viernes, 22 de abril de 2011

Esperando los arpegios


Toda la infancia -ya lejana- haciendo de monaguillo en esta iglesia y te enteras ahora de algunos de sus tesoros. Eso es lo que me decía mi subconsciente. Y, en efecto, el órgano -modesto y tardío, casi de finales del siglo XVIII, cuando en Francia estaban haciendo la Revolución- ya estaba ahí. Pero su recuperación data de apenas doce años. No es el órgano de una catedral gótica ni de un excelso templo barroco, pero tiene su mérito que esté en la iglesia de San Andrés, meollo del céntrico barrio del mismo nombre. Sencillo en su estructura y decoración, posee su buena complejidad tubular. Si se observa con perspectiva, tiene algo de fachada, otro tanto de altar, otro tanto de escenario. La música edificó para sí su casa, podría decirse también respecto a este instrumento grandioso. Hay más cosas interesantes en esta iglesia que nació como ermita hace muchos siglos junto a la que se enterraba a los ajusticiados por causa de delito de sangre o de ideas.














4 comentarios:

  1. Las fotos están muy buenas, luce esplendoroso y a mí la verdad me atrae mucho y me llama la atención.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, tomaré como referencia tu opinión, Vitesse. De momento, seguiré así.

    Por cierto, el órgano, modesto y entrañable, lo encontré ayer exuberante. ¿La cámara, los ángulos, la búsqueda, la quietud...? No sé.

    ResponderEliminar
  3. Samu, tomo nota y cuando haya algún concierto no me lo perderé. Gracias por pasarte.

    ResponderEliminar