diario de un vallisoletano curioso

sábado, 16 de octubre de 2010

Monumento cedro

¿Sería la Plaza de San Pablo la misma sin el cedro? Hay una complicidad entre dos verticalidades, la fachada de San Pablo y el inmenso árbol. El Palacio Real, a un lado de la plaza, resulta más horizontal y anodino, y no compite. Y el Instituto Zorrilla resulta un testigo mudo al lado de las otras joyas. El Palacio de Pimentel, en la esquina, mira de reojo y resulta más modesto, pero grato. Tampoco compiten el cedro y la iglesia, más bien se observan y se complementan. Dos arquitecturas, dos estilos, dos raigambres diferentes. A mi me gusta verlos así. Como un guiño.

Por cierto, la estatua de Felipe II, queda eclipsada, y aunque se exhiba delante del cedro, no puede con él. Es una copia moderna y escasamente valiosa de la que Leone y Pompeyo Leoni hicieran para el citado rey a mediados del siglo XVI y que se encuentra en El Prado. Una iconografía menor en una plaza que es toda ella arquitectura y donde el árbol mágico no se queda atrás.


2 comentarios:

  1. En efecto, quizá sea el monumento más emocionante de tan significativa plaza.

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  2. Quizá lo sea. Y mira que la fachada de San Pablo es grandiosa. Yo creo, no obstante, que a esta plaza le falta algo. O le sobra. No sabría decirte qué, tal vez la misma urbanización del suelo, esa estatua poco agradable, o el que no sea del todo peatonal. Todos los edificios que se sitúan en ella son distintos y es como si faltara un vínculo. ¿O este vínculo será el cedro fantástico?

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