diario de un vallisoletano curioso

jueves, 28 de octubre de 2010

El último maquillaje del Pasaje Gutiérrez


Nuevo maquillaje para el Pasaje Gutiérrez. No será el último. Aunque la clave de este espacio espectacular y céntrico no es tanto una mano de pintura más o menos frecuente como la ocupación de todos y cada uno de los espacios, sean locales o pisos. Probablemente, si no fuera por los cuatro bares que hay en su territorio, el lugar permanecería más olvidado. Y entonces, más abandonado. Con desigual fortuna, se han sucedido comercios de diferente género y, que yo sepa, el que más dura es el de enmarcado y obras de arte. Y mira que es un lugar atractivo y con encanto, y mejor situado imposible, entre Fray de Luis de León y Castelar. Pero los vientos comerciales de las últimas décadas han ido por otras calles e incluso por otros espacios comerciales de masa, alejados del centro. Marcado ya en su origen, el Pasaje Gutiérrez, que pretendía emular en escala modesta la moda de los pasajes comerciales grandiosos de las más importantes ciudades europeas de finales del siglo XIX, nunca prosperó como espacio de negocio de los comerciantes vallisoletanos. No obstante, tal vez no ha llegado aún su hora. Los vientos de cambio de usos y costumbres a veces son impredecibles. Bueno, es un sueño y un deseo, pero déjenme ser positivo y esperanzador.

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