diario de un vallisoletano curioso

sábado, 26 de marzo de 2011

Apocado Puente Colgante


Se les logró, lo terminaron. Y el paseante percibe una diezmada visión de la torre desde el Puente Colgante. El edificio nuevo de la FRMP es un pulso y un desprecio a la perspectiva. Por supuesto a la perspectiva del puente y del espacio y ribera fluvial que le rodean.



Se ve que los arquitectos que lo han diseñado se han dejado influir por las imágenes cinematográficas de los márgenes del Sena, del Támesis o del Hudson, pero aquí adquiere un toque provinciano. Querer y no dar más de sí, a costa del centenario puente de hierro. Aunque es probable que todo haya consistido en una cabezonada administrativa más. Ahí existía un cacho de terreno público, muy valorado, y había que ocuparlo. Y de paso ir fraguando esa idea de barrio o zona administrativa de relativo empaque (las Cortes y la Consejería de Cultura enfrente, un poco más allá el espacio reservado para la futura sede de la Agencia Tributaria) Así que alguien diría que el espacio venía de perlas a un ente menor -señor, cuánta burocracia- llamado Federación Regional de Municipios y Provincias. No estaría mal que, ahora que ya está inaugurado y no sé si bendecido, se recordara el monto en euros que ha supuesto el edificio.



De la nueva obra, ¿qué decir? Es manifiesto su contraste entre la transparencia del cristal y la opacidad del bloque de cemento que da a la carretera. No sé si este tipo de edificios tiene que ser forzosamente de esta manera, mostrando una cara más o menos grata y traslúcida y una espalda austera y opaca como sólo el cemento proporciona. Pero resulta más preocupante que se pierda el sentido de ciertos ejes clave de la arquitectura. Porque si hay algo importante, vital y que obtiene valor por sí mismo es el sentido de la perspectiva y del respeto espacial. Cuando se construye algo perjudicando una imagen próxima, la del Puente Colgante, que además ha sido seña de identidad de Valladolid, pues uno cree menos en la arquitectura como arte al servicio de la armonía y la estética.



A partir de ahora el puente será algo menor, una escultura encajonada más (y mira que hay unas cuantas en la ciudad) que hace bonito pero que apenas destaca. Servidumbres de estos tiempos.






6 comentarios:

  1. Buena diatriba, sí señor! (de las que no son injuriosas, por cierto)

    ResponderEliminar
  2. Y si alguien se la toma como injuriosa es su problema. Uno no es técnico, pero ve, disfruta y palpa el espacio callejero y lo que habita en él. Y lo que no le gusta pues no le gusta, y debe decirlo.

    En fin, que uno más; nos han metido a los ciudadanos tantos goles ya...

    ResponderEliminar
  3. No, Valli, lo no injurioso es porque la palabra "diatriba" que apliqué a tu post supone injurias (según María Moliner), y no era mi intención aplicar esa calificación a tus escritos.

    El problema son los gilipollas de los políticos que quieren tener edicios, puentes y zarandajas "singulares" decorando "sus" ciudades, sean o no útiles.

    Y la Federación de Municipios etc, es otra entidad más a sumar a las miles de administraciones y sus derivados (fundaciones de lo que sea) que nos desgobiernan tan alegremente.

    ResponderEliminar
  4. Tranqui, Diletantísima, que no me afecta. Estoy de acuerdo con lo que señalas de las "singularidades" de nuestros políticos. Arriesgo más. Nuesto alcalde, por ejemplo. En el fonodo fondo, ¿no hace las cosas, aparte de la parte de necesidad que hay en una gestión, faltaría más, no las hace por pasar a la historia de la ciudad? Está encantado de repetir para superar a Bolaños y para que esta última fase del crecimiento urbano + AVE + nueva centralidad exTalleres RENFE + metrópoli le recuerde. Jo, que no hay ego ni ná. Y ¿a qué precio? Al de las prisas, al de sucumbir con facilidad a los promotores.

    Sí, digámoslo claro: hay mucha chorrada de apariencia en este país. Nos mata (bueno a ellos les mata) la emulación, la envidia, el querer y no poder. ¿No seríamos más felices siendo conscientes de nuestros límites? Ay, señor.

    ResponderEliminar
  5. Pues sí, pero ni este ni el resto de los políticos piensan así, ni se paran un segundo a pensar. La corrupción, la ambición, la vanagloria.. el aeropuerto de Alicante sin aviones bendecido por el obispo.
    La indecencia les ha cegado desde hace tanto tiempo.

    Y respecto a las cosillas de por aquí, además nos tenemos que callar nuestras serias dudas acerca de la deshonestidad que pudiera haber en el origen de tanta infraestructura y estructura.
    No sé si me explico

    ResponderEliminar
  6. Qué manía tienen de encajonar los ríos entre grandes edificios...
    En fin, me fijo en lo bonito, el puente, mi puente favorito de Valladolid. Mi chico pasa con el coche por él siempre que puede a muy poca velocidad para que yo pueda disfrutar de este puente y su vista del río, me encanta!!!
    Mucho tiempo sin escribirte pero me paso siempre, eh? Un beso!

    ResponderEliminar