diario de un vallisoletano curioso
sábado, 5 de marzo de 2011
Ridículo
Más de lo mismo. El negocio está primero para el fabricante y luego para el vendedor de estos rótulos. El Ayuntamiento se apunta a recaudar al anunciante. El mensaje se pierde en los espacios más inútiles y desapacibles, como éste de la Avenida Burgos, delante de la derruida nave de Metales Extruidos. Por donde no pasa casi nadie. Ridículo. Y la ocupación del espacio público avanza, mientras el paseante lo pierde. La única medida se encuentra en los beneficios del intercambio mercantil. Eso sí, dentro de poco habrá elecciones municipales y todo será fotos bonitas y realidades virtuales despampanantes. No les entra en la cabeza que no somos más modernos ni avanzados por llenar las calles de artilugios y mobiliario inútil.
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Todo por la pasta, mon ami. Da igual, el caso es mantener las redes de relaciones en las que se fraguan los negocios, los intereses, las economías sumergidas que propicia la sinuosa frontera entre lo público y lo privado, el "do ut des", la feria de las vanidades al arrullo de lo que se pueda conseguir sin pararse a pensar que la sociedad camina por otros derroteros y se afana en otras sensibilidades. Un abrazo
ResponderEliminarsí, es verdad... y luego cobrando tasas para las asociaciones que quieran sacar sus mesas a la calle... esta claro quién es el dueño de la calle
ResponderEliminarA mí me parece ridículo incluso en lugares en los que pasa mucha gente. Estos trastos son horribles.
ResponderEliminarFernando, me alegro saber de ti. Tal como dices. Esta sensación de que los negocios privados se hacen a costa de las recaudaciones públicas me estomaga. Y de cómo se adquieren objetos innecesarios. Qué habrá debajo.
ResponderEliminarDe todos modos quisiera tener la certeza de la que sociedad va por otros derroteros. La sociedad se deja subyugar por la feria de las vanidades. Y si no, lo vas a ver en las elecciones.
Un fuerte abrazo.
Ay, Esther. Se creen que la calle es suya, y sólo se les ha encomendado una gestión. Me parece despreciativa la actitud de los que regatean a los humildes y luego proporcionan negocio a los que tienen.
ResponderEliminarBienvenida a estos pagos. Vuelve cuando quieras.
Pues claro, Pedro. A mi también. En algunas zonas, ya ni caben. Pero mira que ir a ponerlos delante de un edificio en ruinas, en una acera apenas transitada...Me gustaría conocer los criterios. ¿Cuántos tablones de esos habrán comprado?
ResponderEliminarSeñor...
Sí, son trastos espantosos, y me apunto a lo que dice tan bien Fernando: todo por la pasta y presumiendo de "buena gestión" -ay! hay que ver lo que entienden algunos por la tan cacareada "buenagestión"-
ResponderEliminarCasi, ¿no será acaso buena digestión? Porque las chequeras bajo manga sospecho que no han dejado de funcionar.
ResponderEliminarLa pela es la pela
ResponderEliminarCómo lo sabes, Bati. ¿Y los que la manejan?
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