El Campo Grande avanza en su lento despegue del invierno. Las obras siguen en algunas zonas, mientras en otras se ha concluido el nuevo firme del suelo. El paseante mira desde las calles la zona arbolada. Flores que ya han eclosionado. Núñez de Arce desde su pedestal vigila de espaldas. El alcalde se ha pasado hoy a hacerse la foto (oficialmente a inspeccionar el estado de lo que se ha concluido) Una primavera extraña para el parque, donde la naturaleza tiene que seguir su curso entre los operarios y el remozamiento. Todo sea para que cuando la primavera avanzada se asiente la ciudadanía podamos disfrutarlo de nuevo en su esplendor. Curiosamente, coincidirá con las elecciones municipales. Pero me molestaría terriblemente que se hiciera de este recinto sagrado objeto de propaganda electoral. El Campo Grande no quiere saber de fotos para el oportunismo. Sólo quiere florecer.
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