diario de un vallisoletano curioso

sábado, 24 de marzo de 2012

Nuestros elementos



madera

del crecimiento del árbol a su tala a columna de un entramado de edificio a alimento de termitas; procesos en cadena donde la naturaleza y la mano de los hombres y de otros animales crean una cinta sin fin. 




barro

que es ya elaboración, trabajo de sol, de agua y de fuego, y esa mano humana que los traduce en elementos para el hábitat; nuestra ciudad es una ciudad fundamentalmente de ladrillo.




piedra

extraída de las canteras calizas, talladas y escuadradas para formar basamentos de muros.




Conclusión: de la sencillez hasta la necesidad y la sofisticación. Todos estos elementos, más o menos en desuso, o reconvertidos, son historia vallisoletana. ¿Por qué se habla solo de historia cuando se cita a hombres, reyes, caballeros, clero, políticos y menestrales? Sin los elementos primigenios la historia posterior, la humana, no se hubiera desarrollado. Y viceversa: el entendimiento humano reconvierte los materiales en origen. Sin la mano obrera y artesana el material no se hubiera movido de su origen. Quien piense que la sofisticación, el avance perfeccionista de las nuevas técnicas y el resultado final de los productos actuales de construcción y diseño son solo patrimonio de nuestro tiempo, que mire esas fotografías. Que medite. Que las observe de cerca y las toque. Las hay por tantas partes de la ciudad. Son formas de la belleza. Ya os diré dónde están estos símbolos vivos.


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