diario de un vallisoletano curioso
sábado, 1 de enero de 2011
Dibujando volcanes
Quiero empezar el año con el paisanaje, no con el paisaje ni con el país. ¿Y hay paisano más representativo que el niño? Pillado con las manos en la masa o, mejor dicho, en el dibujo, Álex pinta volcanes. Me pregunto por qué le atrapan tanto los volcanes. ¿Tal vez por el fuego que contienen y por el que emiten? Sí, el fuego le asombra, le asusta y le fascina. Y esas montañas abiertas en su cúpula, por la que vierten al exterior lo que tienen dentro, le desbordan. Pero hay más. ¿Acaso un volcán no tiene mucho de metáfora del niño? Los niños, esos seres magmáticos que se van haciendo, poseedores de una energía interior abrumadora que no cesan de liberar constantemente. Pequeños volcanes de la vida cotidiana de los adultos que nos recuerdan cada día que no hay que claudicar nunca.
Bienvenidos todos a 2011, dibujando volcanes si es preciso. Yo me pongo ahora mismo a la tarea.
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Bienhallado en el 2011 que comienza y gracias por el enorme regalo que nos haces. El cariño que sientes por tu ciudad nos lo contagias hasta a los que somoos de otros sitios y nunca acabamos de acoplarnos a esta ciudad tan arisca a veces.
ResponderEliminarÁnimo.
Quien sabe si alguna vez podamos soñar un año con los ojos de un niño y la realidad copia algo...
ResponderEliminarFeliz año.
Bienhallado también tú, Miguel. Me alegro si lo que sale en el blog te sirve para suavizar la aspereza de nuestros conciudadanos.
ResponderEliminarQue te sea propicio 2011. Un abrazo.
Podemos, Pedro, podemos. No renunciemos al niño interior, al ser que nos remite siempre al eterno origen. Tiene incluso más mérito.
ResponderEliminarVenturoso 2011.