diario de un vallisoletano curioso

lunes, 30 de agosto de 2010

Otra de vanidad de vanidades

Si alguien dice que no ha visto tal detalle alguna vez, no le creo. Este paseante curioso, que es amante de las insignificancias con significado, ha cedido esta vez ante el dicho burro grande ande o no ande. Algunos dicen que es el escudo más grande de España. Y qué. ¿Acaso se trata de competir por un registro vulgar en el libro Guinness de los records? La verdad es que el tema es rompedor. Toda una fachada de iglesia en que es ocupada por un escudo nobiliario en lugar de por una descripción religiosa, más o menos austera o desbordante, como solía ser de rigor.

El perito en lunas, nada menos que un tal Pedro de la Gasca, fue Virrey del Perú allá por el siglo XVI, e incluso ostentó el obispado de Palencia y el de Sigüenza. Toda una carrera: la religiosa, la de armas, la política y su vertiente diplomática, se fundieron en un personaje de extraordinaria pretenciosidad, a fe de lo que vemos que dejó labrado en esa fachada. Porque no otra cosa indica que desplace incluso a los santos (o los minimice, como en este caso, a la propia Magdalena) para plantar sus cuarteles, nunca mejor dicho, en el lienzo más importante de la iglesia. Que está enterrado dentro de ella ya es sabido, también bajo un túmulo escultórico que resalta sus dotes y sus bienes. Cuando uno ve estas cosas, y hay muchas de esta semejanza, medita sobre la prepotencia que han tenido ciertas clases con poder en este país de fijosdalgo. No me extraña que de aquellos polvos se llegara a ciertos lodos. Que puede que sumen y sigan.

6 comentarios:

  1. Chico, lo que menos esperaba es que sacaras esta insignficancia que dices (es broma)

    A muchos visitantes les causa asombro. Unos pariente míos de América Latina se sorprendieron al ver el escudo de armas de un virrey eclesíastico o un eclesiástico virrey (que por cinerto metió mano a Pizarro) Pero entendieron mejor el poder de los poderes de este mundo.

    Espectacular y presuntuoso como pocos, evidentemente.

    Cordial, curioso.

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  2. Discretito no es... Quién paga manda, amigo!
    Pienso en qué me construiría yo si no cupieran en el banco mis posesiones. A ver...

    Probablemente un monumento denuncia en el centro más céntrico... ya sé! En el Vaticano o delante de algunos ministerios, por ejemplo! Meditaré el asunto.

    Un abrazo.

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  3. Muy bueno, muy bueno el post y los comentarios (Verónica, yo me apunto a lo del Vaticano)

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  4. Elvira, verlo para creerlo. La historia de este país está pletórica de apariencias de dimensiones colosales. Que cada cual saque conclusiones.

    Gracias por pasarte.

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  5. Verónica. Primera regla de oro. No confudnas churras con merinas. Para ese monumento denuncia te verías obligada primero a comprar el Vaticano entero, eh.

    Insisto. Fachadas como ésa del escudo heráldico debería servir para reflexionar sobre nuestro pasado y sobre la desmesura soberbia de ciertas clases sociales y de ciertas castas (¿o son lo mismo?)

    Un abrazo.

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  6. Casilda, la ciudad del pasado da para mucho, a mi modo de ver. Pero para algunos la ciudad del presente sólo da para fantasías insulsas del insulso Libro Guiness. ¿Alguna vez seremos cuerdos y constructivos? Espero que sí.

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