Modesto monumento a lo efímero. Sin duda, el triunfo de lo estacional. En el entorno de San Agustín y su Archivo Municipal. La resistencia de las enredaderas y otras variedades a despedirse de sus colores. Lo hacen potenciando más sus tonos. Un juego pasajero, melancólico.
¡Qué fotos más bonitas y evocadoras!Puro otoño en la ciudad.
ResponderEliminarÁnimo.
Gracias por tu sensibilidad, Miguel. Uno es un vulgar intermediario entre la luz y la botánica. Puro otoño, cada día más apurado.
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