diario de un vallisoletano curioso

jueves, 9 de febrero de 2012

Adiós, cine Lafuente, adiós


Cerrado el histórico cine Lafuente. Ah, ¿que ahora se llamaba Cines Mantería Renoir? Eso es de hace menos de veinte años. Siempre será el cine Lafuente para algunos. Nacido hace prácticamente 80 años, en plena República Española. Por fuera, uno de esos edificios singulares de la ciudad que, como el del Roxy o el del Carrión, que aún quedan (del Roxy se pretende su reconversión en casino), parecen trazados para su propio fin. Fachadas diferentes, acaso a imagen y semejanza de lo que se llevaba en cines en USA o en Europa, que tenían su modesto empaque. Pero en Valladolid eso equivale además a lo extraordinario, a una impronta rompedora de la monotonía del caserío de un barrio, a una seña de identidad.

Con la desaparición del Lafuente se va también el último cine del céntrico barrio de San Andrés. Este barrio llegó a disponer de tres cines hasta gran parte del siglo XX. El Capitol, en la calle Panaderos era uno, y el Goya, en Labradores, el otro. Salas de película de reposición, de sesiones continuas tarde-noche. Aquella experiencia de la sesión continua en que, te metieras a la hora que te metieras y a la parte de la película a que llegases, volvías a coger el hilo y si te gustaba repetías. Difícil recordar cuál fue la primera peli que vi en Lafuente. ¿Tal vez Guantes grises, un film de guerra y de intriga a la vez? Eso ya no cuenta. Lo que se siente es que Valladolid se queda sin un cine más. Las adaptaciones a los tiempos no han servido, el negocio no es ni por el forro lo que era y las cosas funcionan de otra manera.

Mi homenaje al Lafuente de toda la vida. Esto es así.






No hay comentarios:

Publicar un comentario