diario de un vallisoletano curioso

lunes, 2 de enero de 2012

Podar las ramas de la violencia


Las hojas del olivo son el símbolo por excelencia de la paz. Esas hojitas que las palomas trasladarían en su pico para demostrar a los navegantes que hay vida y que ésta es posible. Acaso por eso haya sido elegido el olivo de la Plaza de la Fuente Dorada como lugar representativo para terminar un año y empezar otro con buena memoria sobre la violencia ejercida sobre tantas mujeres. No solo como recuerdo y homenaje a las víctimas de la violencia machista, sino como llamada de atención para que cada uno lo tenga presente.

Mientras no seamos todos portadores de la ramita en lo más profundo de nuestra conciencia y de nuestra voluntad habrá que seguir colgando hojas moradas en los árboles del camino. Y utilizando las leyes para detener al agresor. Comencemos el nuevo año invocando nuestro sentido del respeto y la tolerancia. Parando los pies al bárbaro. No obstante las dificultades de convivencia y el mundo tan desastroso que los dueños de la tierra nos imponen, hay que ser responsables de nuestra parcela íntima. Que en 2012 los sufrimientos se reduzcan al máximo.




2 comentarios:

  1. La verdad es que el mejor árbol de Navidad que he visto.

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  2. Es un árbol duro, ciertamente, pero acaso sea un toque de atención más, ¡uno más!, entre tanta barbarie.

    Gracias, EnBuenaLid por pasar.

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