diario de un vallisoletano curioso

domingo, 31 de octubre de 2010

Últimas expresiones murales


Siguen cundiendo las pintadas callejeras. Las de calidad, las que no molestan. Descubro algunas no tan recientes en Parque Alameda, que muestran gran sentido lúdico, y además están realizadas con mucho colorido y buena factura artística. Se distinguen enseguida, ¿verdad? Otras revelan mucho ego, como la que está trabajada con plantilla (por Pedro Lagasca) Me pregunto si será la efigie del mismo artista o acaso de algún divo al que admire. Las hay en plan caricatura, como la risueña y de trazo único y seguro, esa del chico de la gorrilla que anda por Guadamacileros. Luego, la reivindicativa de bicis que no es sino alfabeto latino tajante y sonante, en una obra de la misma plaza Fuente Dorada. Y las hay más firmes y radicales, con hondo contenido político y meramente textuales (por la zona de Avenida de Irún y Plaza del Ejército) Toda una manifestación pacífica antisistema.

Sigo pensando que los muros de la ciudad continuan siendo expresión viva, aunque las ideas e intenciones no sean muy nuevas. Alguien me comentaba el otro día que había descendido considerablemente la acción de la mano de firmas fáciles que pintarrajean escaparates, portales o paredes. Esas que compiten con otras por la última pared estrenada, a ver quién llega primero o quien copa su distrito. Desde luego, prefiero las obras de arte o las frases de rebeldía cívica a los simples tachones. Puede que haya ego en todas ellas, pero al menos denme un ego ilustrativo, colorista o conceptual. Algo que me proporcione placer al mirarlo o me haga reflexionar.


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